La verdadera Historia de San Jordi



¿Qué fue primero, la rosa o el libro de Sant Jordi?


La leyenda dice que de la sangre que salió del dragón nació una rosa y, por ello, se regalan el día de Sant Jordi. ... La suma de la fuerza histórica del caballero Jordi, la voluntad de promocionar el libro y la rosa ha resultado en la fiesta cívica de Catalunya por excelencia y una de las más queridas por sus ciudadanos.
La historia

Debemos remontarnos al siglo XV. Ya en aquella época hay constancia de una feria de rosas que se celebraba en los aledaños del Palau de la Generalitat coincidiendo con Sant Jordi. Era conocida como la Feria de los Enamorados.

En el siglo XVII se instauró la costumbre de regalar una rosa a las mujeres que asistían a la eucaristía oficiada en la capilla de Sant Jordi del palacio, según explican Carme Polo y Ricard Lobo en el libro Sant Jordi, libros y rosas (Viena edicions), presentado esta misma semana y que explica la historia de la festividad.

Los autores dan más detalles. “Hasta el año 1840 la feria de las rosas se había celebrado en la calle del Bisbe, la plaza de Sant Jaume y también exclusivamente dentro del patio del Palau General”. La frecuentaban parejas de novios o recién casadas. El hombre obsequiaba a su enamorada con un ramo de rosas rojas, símbolo de la pasión. Con la Mancomunitat, en 1914, la tradición se extendió al resto de la población, con amor o no de por medio.

La llegada del libro

¿Y el libro? Aún tardaría en llegar. De hecho, no fue hasta 1926 cuando se celebró la primera fiesta del libro, impulsada por el escritor y editor Vicent Clavel Andrés, según relatan Polo y Lobo. Apasionado por la literatura de Cervantes, escogió la fecha de su nacimiento para la celebración: el 7 de octubre.

Pero ese día no acababa de convencer al sector, que se encontraba en plena campaña del libro escolar. Y, además, las temperaturas otoñales no resultaban muy adecuadas para ojear libros. Conclusión: mejor cambiar la fecha. Y del nacimiento, se pasó a la muerte de Cervantes, o, más bien dicho, al día del entierro. En 1930, un real decreto de Alfonso XIII estableció que el día del Libro se celebrase el 23 de abril, lo que ya se aplicó al año siguiente, en 1931, a pesar de la llegada de la república nueve días antes.

Y allí fue cuando los libros y las rosas se encontraron por primera vez, aunque la ironía del destino quiso que ese primer día lloviese. El enamoramiento fue inmediato y todavía perdura. Pero lo más importante es que las rosas y los libros nunca desistan a pesar de las adversidades.


23 de Abril, Día del Libro




 

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